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Publicado el 24/11/2008 a las 21:11 hs.
Aprender a decir ¡¡¡BASTA!!!
La Lic. Clara Tabacinic analiza el comportamiento de los padres frente a los hijos; la responsabilidad de los adultos; las culpas de los padres; la relación de los niños con la escuela y las soluciones al problema de los límites en los chicos.
Lic. Clara Tabacinic (Jaike).
Aprender a decir ¡BASTA!
Cuál es el rol que deben cumplir los padres. Las dificultades para imponerse ante los niños.
Reportaje: Lic. Clara Tabacinic La Lic. Clara Tabacinic analiza el comportamiento de los padres frente a los hijos “Los padres están paralizados frente a las nuevas conductas de sus hijos” La responsabilidad de los adultos. Las culpas de los padres. La relación de los niños con la escuela y las soluciones al problema de los límites en los chicos.
Estudió psicología en la Universidad de Buenos Aires y hace 33 años que ejerce con orgullo la profesión; feliz de brindar una luz de esperanza a todo aquel que transite su consultorio. Con un sinfín de cursos, talleres, congresos y exposiciones en su haber, siempre destina un espacio en su vida para otra actividad; en esta oportunidad plantea cómo actuar frente a los niños y los adolescentes. Crea un espacio para abordar la problemática de la mayoría de los padres. Su propuesta es: Aprender a decir “BASTA”.
- ¿Cuál es la actitud de los padres ante los chicos que transgreden los límites?
- Hace dos décadas que los adultos quedaron paralizados, descolocados frente a lo que empezó a ocurrir con los hijos, se fueron retirando del escenario en vez de protagonizar. Susto, bloqueo, cristalización dan como resultado una posición de impotencia que lo único que permite es perpetuar el círculo vicioso.
- ¿Por qué los padres ceden a los caprichos de los niños?
- No está claro el concepto de responsabilidad, algo que es fundamental. Si asumo mi responsabilidad en el acompañamiento de mi hijo, expreso mi disconformidad respecto de aquello con lo que no comulgo. Formulo claramente mi opinión al respecto. Este concepto no está instalado en nuestra sociedad, no es claro, por lo tanto muchos padres no pueden comportarse como “adultos responsables”, sometiéndose de esta manera al deseo insaciable o al capricho de sus hijos.
- ¿Qué otras carencias hay en los adultos?
- Debe haber una diferenciación clara de roles. Los padres como no saben muy bien qué hacer porque están realmente impresionados y desorientados por lo que está ocurriendo, no dan mensajes claros. No se toman un momento para preguntarse si están de acuerdo o no con lo que está sucediendo con sus hijos y lo más riesgoso es que no se comunican con otros pares para compartir el dolor, inquietudes, la ignorancia; no hay conciencia de lo importante que es compartir el problema, socializarlo, abrir el juego con otros.
-¿Por qué cuesta tanto que los adultos compartan sus problemas con otros pares?
- Hay muchos padres que sienten que ellos son los únicos que tienen ese gran problema. Esto es algo que se ve en las experiencias grupales. Es maravilloso ver a los adultos contando los problemas cotidianos que tienen con sus hijos, como se instala una tranquilidad instantánea y se dan cuenta que la problemática es compartida. Pero no hay todavía conciencia de que es más fácil compartir las cargas, es más viable. Tal vez lo que a uno le sucede con su hijo, al otro también pero en otro aspecto. Adolecemos casi de las mismas fallas y acertamos generalmente en los mismos asuntos, no hay tanta distancia.
- ¿Se puede hablar de culpas por parte de los padres?
- Responsabilidad versus culpa. La actitud responsable facilita la autoevaluación y la comprensión de cuáles son los comportamientos personales que deben modificarse. Muchas veces se observa en el consultorio que los jóvenes están bloqueados y atascados y no resuelven sus síntomas porque hay algún progenitor que está obsesionándose con este sentimiento de culpa. Suelen escucharse frases tales como: “Este desequilibrio que veo en mi hijo es porque yo hice mal las cosas “, “Esto me lo merezco”, “Todo pasa porque hace tiempo no obré de manera adecuada”. Estos sentimientos o pensamientos negativos no conducen a buen puerto, por eso es fundamental en lugar de la palabra “culpa” colocar la palabra “responsabilidad” y realizar una autoevaluación.
- ¿Cómo actúan los padres ante las culpas?
- Hay padres que tiene confusión entre sentirse culpable y ser responsables; aquellos que se sienten culpables nunca terminan de aparecer en escena. No dan su opinión de conformidad ni de disconformidad con respecto a algo, sienten que no tienen derecho a decir nada. Dudan y se quedan en esa postura, no saben qué hacer y ante la duda se repliegan. Muchas veces se observa el abandono de persona, cuando los padres no saben qué hacer ante determinadas conductas de sus hijos. Cargan toda la responsabilidad en los niños porque no saben cómo actuar. Ante esta actitud, la Lic. Clara Tabacinic, psicóloga y creadora de “Repensar en Compañía”, dice: “Esto se ve mucho en el consultorio, los adultos no saben qué hacer y entonces no hacen nada, niegan aquello que no pueden manejar y sin lugar a dudas las situaciones se complican”. “Si el chico no se ocupa de las tareas de la escuela, hay que acompañarlo, no dejarlo y esperar que en algún momento lo haga, los mayores también son responsables”. Es fundamental frente a conductas difíciles, intentar comprender qué es lo que verdaderamente le está ocurriendo a esta persona?
- ¿Los hijos de padres separados presentan más problemas con los límites que los hijos de matrimonios bien avenidos? - No, eso es un mito. Lo que sí es cierto es que algunos hijos aprovechan la fisura para tener ciertos beneficios porque son pícaros, traviesos. Si ya comieron caramelos con la mamá, cuando salen con el papá van a intentar pedirle algo al pasar frente al kiosco. Es lógica esta conducta, pero si el adulto se ocupa de poner el límite adecuado, no van a producirse estas manipulaciones.
- ¿Aumentaron las consultas psicológicas por problemas de límites en los últimos años?
- Lo que observo, es bloqueo en los adultos y confusión en la decodificación del mensaje, no supieron cómo responder ante los nuevos comportamientos que comenzaron a aparecer a nivel social. Adolescentes que expresaban la cuestión erótica, besándose, abrazándose en cualquier lugar público, cosa que antes no se veía con tanta frecuencia. Los adultos frente a estos temas quedaron paralizados observando la realidad y en general sin saber cómo responder o confundiendo la situación. Recuerdo que allá por los ´90 alguien de mi edad, madre de varios hijos adolescentes decía: “es que los chicos hoy, son tan cariñosos”.
- ¿Qué medidas se pueden tomar ante tantos cambios?
- Es muy importante que los padres tengan una comunicación franca con sus hijos y que estén atentos cada vez que surge una oportunidad de acercamiento a ellos. Que puedan sentarse, buscando el mejor momento y disponerse a entrar en contacto y hablar. En general los padres tienen muchas dificultades para brindarle un momento a su hijo y sintonizar con ese ser que está buscando orientación, porque lo único que ellos necesitan es respaldo y orientación.
- ¿Cuál es el primer paso buscando una solución?
- Lo primero que hay que hacer es recuperar el poder. Los padres, deben darse cuenta que el poder que otorgaron hace mucho tiempo lo tienen que recuperar. Tienen que protagonizar esta tarea, ellos son los que deben tener la última palabra, sin llegar al autoritarismo. Cuando una criatura de tres años está empecinada en algo, es atinado y también la tranquiliza, que los progenitores digan BASTA. Esto le da un respaldo que le permite avanzar en la vida y enfrentar futuros obstáculos aceptando las frustraciones. No hay que asustarse de la rabieta y del enojo del niño, porque es preferible que un hijo no le hable a sus padres por tres días y no que tenga problemas de adulto por contestar mal a su jefe o desubicarse con algún compañero de estudio.
- ¿Cuál es la actividad que está desarrollando en San Martín y San Isidro?
- Es una propuesta de prevención que presenté al Colegio de Psicólogos de San Isidro que fue aceptada. “Repensar en Compañía” es un espacio de reflexión destinado a padres, abuelos, tíos, docentes y todo aquel adulto que sienta deseos de colaborar con el crecimiento saludable de sus pequeños. Empezó a funcionar este año y nos reunimos en el Colegio Juan Salvador Gaviota de San Martín el primer jueves de cada mes a las 20 y en el Colegio de Psicólogos de San Isidro el tercer sábado de cada mes a las 9. Los encuentros tienen una duración de una hora y 15 minutos. No es un grupo terapéutico, ni un grupo de autoayuda; es un grupo de reflexión que trabaja con actividades divertidas como psicodrama y diversas técnicas que apuntan a que la gente pueda decir “basta” a situaciones incómodas de la vida cotidiana.
- ¿Cuál es el mejor consejo para los padres que intentan poner límites a sus hijos?
- Tener el corazón abierto a ese ser que está bajo nuestra responsabilidad y asumir el compromiso de guiarlo, pero relajándose. Abrir el corazón y relajarse. Entrar en contacto para saber qué le está pasando y qué es lo que de verdad necesita.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA. La nota presentada para el concurso HACER COMUNIDAD de la Fundación La Nación, tiene como objetivo dar a conocer el espacio de prevención abierto a la comunidad con entrada libre y gratuita. El reportaje que aparece lo realizó Viviana Nelli y es parte de un excelente trabajo de investigación en el que colaboraron varios profesionales interesados en la temática de NUESTROS jóvenes. Universidad de La Plata – Sede I.S.E.R.
domingo, 29 de marzo de 2009
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